Un día los zujareños
decidieron hacer una ermita para llevar a la virgen y poder celebrar
la romería en honor a ella. Primero la construyeron en un llano, y
al poco tiempo se derrumbó y la volvieron a construir en una
montaña chica pero también se derrumbó. Hasta que alguien dijo que había soñado que la
virgen le decía que quería su ermita en el sitio más alto de
zújar y la construyeron en el cerro Jabalcón.
La virgen estaba feliz y la ermita no volvió a derrumbarse.
La virgen estaba feliz y la ermita no volvió a derrumbarse.
Escrito por Iván Martínez
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